miércoles, 14 de septiembre de 2011

"CASO MAREA"; MARTA RENEDO, YA EN LIBERTAD: "ESTOY BIEN, CONTENTA; A VER QUÉ PASA AHORA, A ESPERAR"

Renedo, junto al carrito en el que llevaba sus enseres, se abraza a su hermano José Antonio, en presencia de Tuero. luisma murias
El juez ordena la excarcelación de la imputada tras los informes favorables de un perito y la fiscalía - La ex jefa de servicio alaba la unidad educativa de la cárcel, que considera «un proyecto muy bueno»

Oviedo / Villabona,

L. Á. VEGA
La última imputada del «caso Marea» que aún permanecía en la cárcel, Marta Renedo Avilés, salió de prisión a las cinco y media de la tarde de ayer, después de que el juez instructor, Ángel Sorando, ordenase su excarcelación a la vista de los informes favorables respecto a los avales hipotecarios presentados por la familia. Sonriente, con nuevo color de pelo, visiblemente más delgada y gran aplomo, la principal implicada del caso de corrupción en la Administración del Principado durante la época socialista salió por la puerta de comunicaciones de la cárcel, con un carrito en el que llevaba sus pertenencias. Casi siete meses y medio después de ser mandada a prisión por la juez Ana López Pandiella, de Gijón, la ex jefa de servicio pudo reunirse con sus familiares. «Estoy bien, muy contenta. A ver qué pasa ahora, a esperar», dijo durante sus primeros instantes de libertad.

El juez Sorando firmó el auto de libertad en torno a las dos de la tarde. El viernes había sido remitido al Juzgado número 2 de Oviedo el informe de uno de los dos peritos nombrados para valorar los avales presentados por los familiares de Renedo, sobre dos inmuebles situados en Avilés y Gijón. La fiscalía se dio ayer por satisfecha con los avales presentados. A continuación, se envió un mandamiento a la prisión para ponerla en libertad.

Tres horas después, Renedo salía arrastrando un carrito de color azul, como los que se utilizan en los centros hospitalarios para recoger la ropa sucia. Dentro llevaba sus pertenencias. «Ponte recta», le dijo un funcionario que la acompañó hasta la salida, al ver a los periodistas que la estaban fotografiando. Fuera del recinto carcelario le esperaban su hermano, el abogado José Antonio Renedo, y el letrado de su defensa, Luis Tuero. «¿Cómo estás, cariño?», dijo la funcionaria, mientras abrazaba a su hermano. En ese momento sonreía feliz.

La ex jefa de servicio, que hubo de esperar dos semanas en la cárcel desde que el juez sustituto Francisco Javier Rodríguez Luengos acordase la rebaja de su fianza de medio millón a 200.000 euros, aseguró en esos primeros instantes de libertad que estaba muy contenta. No quiso, sin embargo, hablar de cuestiones judiciales, ni aclarar si mantiene su inocencia. «Ya dije lo que tenía que decir ante el juez», aseguró. Su idea ahora es «estar tranquila» con su familia, según transmitió Tuero.

Sí quiso, en cambio, elogiar el trato que ha recibido en el módulo terapéutico de la cárcel y la labor social que realiza. «El proyecto es muy bueno», aseguró. En unos días, Renedo tiene pensado ofrecer una rueda de prensa, en la que hablará de la unidad terapéutica y educativa, en la que, según su abogado, se implicó en diversas tareas, como la educación de otras presas en materia de higiene. Según Tuero, «la experiencia en el módulo ha sido muy positiva para ella».

La funcionaria, que está suspendida de empleo y sueldo, se marchó junto a su hermano en un coche y se dirigió a su casa de la calle La Cámara de Avilés, donde se reencontró con su familia. Tal como indicó José Antonio Renedo, tras la impresión de las primeras semanas, la familia ha asumido la situación en que se encuentra la ex jefa de servicio del Principado y le dan todo su apoyo.

Ahora, Renedo está pendiente del recurso presentado ante la Audiencia Provincial de Oviedo, en el que reclama que se le rebaje la fianza aún más, a 50.000 euros.

El «caso Marea» entra la semana que viene en una nueva dimensión, con la declaración, el lunes, a las nueve y media de la mañana, de la ex consejera de Administraciones Públicas y portavoz del Gobierno, Ana Rosa Migoya. Se han establecido fuertes restricciones por parte del Tribunal Superior de Justicia con el fin de evitar que los medios de comunicación puedan tomar imágenes de la ex consejera dentro de los Juzgados. Migoya deberá explicar, por ejemplo, el hecho de que aparezca su firma en una factura de 157.000 euros a favor de una de las empresas fantasma de Renedo, Oxiplans, a través de la que presuntamente desvió grandes cantidades.



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