miércoles, 20 de agosto de 2008

ASÍ SE ENGORDÓ EL COSTE DEL PALMA ARENA: DE 48 A 110 MILLONES DE EUROS

OLVIDARON LOS VIDEOMARCADORES

* Los arquitectos cobraron una minuta de nueve millones de euros
* Aseguraban que el proyecto del creador del velódromo de Pekín estaba lleno de fallos

ESTEBAN URREIZTIETA

PALMA..- Los arquitectos mallorquines a los que el Govern de Matas pagó una minuta de más de nueve millones de euros por la dirección de obra del Palma Arena –más del triple de los baremos establecidos por el Colegio de Arquitectos– elaboraron un informe que sirvió de salvoconducto al Ejecutivo balear del PP para disparar el presupuesto del velódromo.

De los 48 millones de euros por los que salió a concurso este recinto deportivo a los "más de 110 millones de euros" que estimaron necesarios los hermanos Luis y Jaime García-Ruiz para que la obra fuera completada satisfactoriamente. Los dos elementos citados, la multimillonaria minuta percibida por los hermanos García-Ruiz y el espectacular desfase del presupuesto constituyen las principales líneas de investigación de la nueva operación emprendida por la Fiscalía de Baleares contra la corrupción del Govern popular, que en este caso rastrea el posible pago de comisiones ilegales millonarias.

Para poder justificar el aumento del coste previsto inicialmente, los arquitectos García-Ruiz, que empezaron como ayudantes del arquitecto que elaboró el proyecto, el alemán Ralph Schürmann, y acabaron convirtiéndose en los máximos responsables técnicos, elaboraron un informe que desglosaba las supuestas deficiencias que albergaba el trabajo de su antecesor. Y es que a Schürmann le fue rescindido el contrato y se quedaron los mallorquines al frente de una obra que, apuntan en el dictamen al que ha tenido acceso EL MUNDO/El Día de Baleares, se encontraba repleta de irregularidades de todo tipo.

Tantas como para que fuera necesario, siempre según su criterio, multiplicar exponencialmente el presupuesto inicial. En primer lugar, aseguraron que el proyecto del que se hacían cargo conjuntamente con el ingeniero Miguel Ángel Verger, sólo "contaba con aproximadamente el 8% de la documentación necesaria para su construcción".

Más conclusiones

Asimismo subrayaban que se habían establecido por parte de Schürmann precios de "unidades de obra" que eran "un 35% inferiores a los de mercado"; que se habían topado con "más de 5.000 metros cuadrados de forjados no medidos en el proyecto inicial"; la "falta de aproximadamente 3.300 metros cuadrados de cimentaciones"; o la ausencia de las "acometidas de los diversos servicios necesarios" tales como la electricidad o el agua potable.

Además estipularon que Schürmann no había previsto la urbanización del perímetro del recinto deportivo o el mobiliario para las "oficinas, el restaurante, la cafetería y la sala de prensa".

Tras señalar todas estas carencias, los hermanos García-Ruiz concluyeron que el proyecto que habían heredado adolecía de "una falta de definición y desarrollo que impide su normal ejecución en obra pero, sobre todo, una errónea valoración económica del complejo". Por ello agregan en el documento que suscribieron un año antes de su inauguración que "las primeras aproximaciones presupuestarias de lo que podría costar el complejo basándose sólo en los conceptos y capítulos planteados por él y suponiendo un coste base de todos los capítulos y apartados del proyecto no desarrollados lo sitúan inicialmente en torno a los 90 millones de euros". Y "valorando los concepto y capítulos no incluidos", prosiguieron los García-Ruiz, "se sobrepasarían los 110 millones de euros".

Este estudio sirvió al Govern balear para dar vía libre a la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada entre FCC y la constructora local Melchor Mascaró para que ampliara el presupuesto con el que obtuvieron una de las licitaciones más importantes de la pasada legislatura.

ELMUNDO.ES