sábado, 24 de diciembre de 2011

"CASO PEAJE"; EL CONSELL DE MUNAR PAGÓ EN LA CARRETERA DE MANACOR MÁS ASFALTO DEL QUE SE USÓ


El peritaje revela que tiene un 20% menos del grueso estipulado por el contrato
Algunos materiales pudieron pagarse por duplicado

Eduardo Colom | María J. García | Palma

El grueso de la carretera de Manacor «no alcanza el mínimo indicado por contrato», lo que supone «un claro perjuicio económico para la Administración contratante» –ya que se pagó según unas valoraciones que no reflejaban dicho adelgazamiento– y «un incumplimiento contractual por parte de la empresa constructora». Así de taxativo se muestra el peritaje judicial pagado por el Consell de Mallorca sobre una de las grandes obras realizadas por esta institución insular mientras estuvo presidida por Maria Antònia Munar y ejecutada por una UTE en la que participan Melchor Mascaró y Aglomsa con cinco empresas más. El dossier se encuentra ahora sobre la mesa del juzgado de Instrucción número 5 de Palma que investiga el caso Peaje, centrado en el supuesto desvío de los fondos públicos destinados a la carretera.

El informe, al que ha tenido acceso EL MUNDO/ El Día de Baleares, señala ahora que se pagaron más materiales de los utilizados en la propia carretera. Entre lo más llamativo destaca que, de media, según las pruebas realizadas por el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos encargado del estudio, a la calzada le falta un 20% de grosor en sus carriles principales y rotondas, un adelgazamiento respecto al proyecto oficial que, según los expertos consultados por este diario, «supone un ahorro millonario en su construcción».

Sin embargo, las obras de la carretera se presentaron como más costosas de lo proyectado, pasando de 140 millones inicialmente a 158 millones.

Así las cosas, el perito, no entra sin embargo, a determinar el coste económico del desfase. Aunque sí destaca que «la valoración que se hizo de la obra es incorrecta» y que, al menos, «en lo referido a las capas de mezclas asfálticas está sobrevalorada y representa un claro perjuicio económico para la Administración contratante».

El peritaje a los dos tramos de la carretera pagados por el Consell y tras extraer 104 testigos –catas– de los carriles y las rotondas del tronco principal, desvela que prácticamente la totalidad de estos –100– incumplen las especificaciones exigidas por el proyecto. En total, el grueso del asfalto de estos trayectos debía alcanzar los 20 centímetros, sin embargo, el intervalo de Sa Síquia a Montüiri se queda en 17,37 centímetros y el que va de Montüiri a Manacor en 16,11.

El adelgazamiento de la carretera se aprecia también en su capa de rodadura, la que está en contacto directo con los neumáticos y por ello una de las más importantes del firme: según el proyecto debería tener un grosor de 4 centímetros. Sin embargo, de Sa Síquia a Montüiri tiene 3,25 centímetros y de Montüiri a Manacor, 3,18 centímetros, lo que supone un 19% y un 21% menos del espesor estipulado por contrato.

El grosor pactado no se cumple en la parte principal de la carretera, pero tampoco en los arcenes ni en los enlaces y ramales. Es más, según denuncia el informe pericial, «en la mayoría de los enlaces no se emplea pórfido de rodadura, lo que no permite diferenciar el grosor de la capa de rodadura». Sí cumplen el grosor, sin embargo, la mayoría –dos terceras partes– de las vías de servicio de la carretera. Precisamente en estas vías era donde se exigía un grosor mucho menor: una capa única de 5 centímetros, es decir, tres veces menos que el rasante de los carriles de la autopista. Aún así, en las vías de servicio, la mezcla realizada para el asfalto «no se corresponde» con lo estipulado por el proyecto.

Tras este análisis por tipo de ramales de la carretera, el perito concluye que «se ha liquidado una cantidad mayor de la que hubiese sido aplicable». Es decir, se pagó de más.

Y no sólo por el grosor de las capas, también por la densidad de estas. Según el informe, se hizo una liquidación mayor también en este sentido.
 
Pagos aparte
Es más, el Consell habría pagado dos veces un material esencial para el asfalto: el filler, o rellenador de huecos, un «polvo mineral» que se añade al asfalto para rellenar vacíos y espesar el alquitrán. Según el peritaje, en el tramo de Montuïri Manacor el precio de este material estaba incluido en el precio de los áridos, lo que suponía que no debía abonarse de forma separada. Sin embargo, se realizó una valoración aparte de dicho material y se terminó pagando aparte, algo que, según el perito, no debería haberse hecho.

De este modo, aunque sin aportar cifras, el peritaje habla así de un sobrecoste, que de hecho, acabó siendo de 18 millones de euros reconocidos por Antoni Pascual, ex vicepresidente y ex responsable de Obras Públicas y Carreteras en el Consell de Mallorca ante la juez y el fiscal Anticorrupción Miguel Ángel Subirán. Los investigadores, por su parte, apuntan a que el sobrecoste sería superior y alcanzaría los 23 millones de euros.

Es más la investigación apunta a desvíos de fondos en la ejecución de las obras e incluso a que se efectuaron obras privadas como si fueran de la carretera. Lo que constata ahora el peritaje es que hubo material que se pagó que sin embargo, no se usó para la carretera. El sobrecoste llevó a su vez, a ampliar la concesión –un peaje en sombra– a la constructora de 30 a 35 años.

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