martes, 2 de junio de 2009

UN "PELOTAZO" URBANÍSTICO EN L´HOSPITALET SALPICA A JOAN LAPORTA, PRESIDENTE DEL BARCELONA




@Antonio Fernández.

La recalificación de una de las últimas zonas verdes en la localidad de L'Hospitalet de Llobregat, lindante con Barcelona, se ha convertido en un culebrón que día a día adquiere tintes más espectaculares y que amenaza con convertirse en un escándalo donde se combinan aspectos empresariales, deportivos y políticos. Y ello porque una empresa vinculada al presidente del F.C. Barcelona, Joan Laporta, se encuentra en el ojo del huracán.

En 2004, Laporta compró 20 hectáreas de terreno en la zona a través de la compañía Hakerson International. En esta empresa figuran también su socio de despacho Xavier Arbós; su hermano, Xavier Laporta; el actual vicepresidente institucional y de patrimonio del F.C. Barcelona y ex concejal de Urbanisno de Sant Cugat, Joan Franquesa; la Inmobiliaria Godall, propiedad de Alfons Godall, vicepresidente primero del Barça; y Anna Maria Lloveras, esposa del actual alcalde convergente de Sant Cugat, Lluís Recoder.

Precisamente, Laporta fue el pregonero en la fiesta mayor de Sant Cugat el pasado verano. El presidente del Barça también compartió responsabilidades como administrador en Hakerson con Pedro Luis Mellado, abogado del FC Barcelona, que fue quien llevó el pleito contra Baena, jugador no profesional que el pasado otoño rescindió el contrato que tenía con el Barça pagando la penalización de 30.000 euros prevista en el mismo y fichó por el R.C.D. Espanyol. Aunque el Barça le pedía más de 3 millones de euros como indemnización, Baena fue condenado el pasado mes de enero a pagar 500.000 euros al club azulgrana como compensación por su formación durante cinco años.

El terreno comprado tiene una masía del siglo XVIII llamada Can Masover Nou, en estado ruinoso a pesar de estar catalogada en el inventario del Patrimonio Arquitectónico de la Generalitat. La zona total a recalificar dispone de tres de estas construcciones -Cal Masover Nou, Cal Trabal y Ca l’Esquerrer-, todas centenarias, de las que sólo la segunda se encuentra bien conservada y rodeada de campos de cultivo.

La intención del Ayuntamiento de L'Hospitalet es recalificar los terrenos, lo que supondría la urbanización de la zona, preservando las masías. "Lo que hemos hecho es un pre-proyecto para la reordenación de la zona y construir un área de servicios con oficinas y un gran parque ciudadano", señalaron a El Confidencial fuentes del Ayuntamiento de la ciudad. Según los detractores de la recalificación, lo que se pretende hacer es construir siete edificios de oficinas, un concesionario de coches de alta gama, un supermercado e incluso se habla de un hotel de lujo. En otras palabras: un pelotazo urbanístico.

300 millones de inversión

El proyecto redactado por el Ayuntamiento, al que ha tenido acceso este diario, detalla que la zona que se pretende urbanizar está divivida entre los ayuntamientos de L'Hospitalet y El Prat de Llobregat. Al primero pertenecen casi 403.000 metros cuadrados, mientras que del segundo quedarían afectados casi 136.000 metros cuadrados. En ellos, se ha establecido un techo edificable de 51.865 metros cuadrados para industrias y 217.000 metros cuadrados para el sector terciario, es decir, para servicios.

El parque ciudadano que se pretende habilitar tendría 21,6 hectáreas. Este parque "recreará el uso agrícola actual y añadirá nuevos elementos, como itinerarios verdes que aseguren el acceso y el uso ciudadano". El informe municipal es detallado en las cifras: "La parte de suelo actual que se podría ejecutar como zona verde es realmente de 201.495,9 metros cuadrados", de los que 186.000 son de L'Hospitalet y el resto, de El Prat.

Según el consistorio, la zona "es compatible con las propuestas de la Agenda 21" y no se encuentra incluida en la Red Natura 2000 ni en ningún plan similar. La inversión prevista es de 58,5 millones de euros, aunque esta cifra corresponde sólo a la "urbanización", que engloba la viabilidad, el parque, los soterramientos eléctricos y algunos ajustes. Fuentes de la oposición cifran la inversión total -sumando la compra de terrenos, la construcción y la comercialización de los edificios- en un volumen muy superior: 300 millones de euros.

El asunto ya ha sido enviado a la Consejería de Medio Ambiente de la Generalitat para que emita un informe medioambiental, paso previo a plantear la recalificación en el pleno municipal. Si el informe de la Generalitat es positivo, los terrenos se recalificarán sin problema, puesto que el consistorio tiene 17 concejales del PSC frente a cinco del PP, tres de CiU y 12 de ICV.

Los socialistas también dejaron en manos del concejal de ICV Francisco Salmerón las responsabilidades medioambientales del consistorio, lo que no deja de ser paradójico, porque ICV, como partido, se opone a la recalificación. ERC también se ha posicionado en contra del pelotazo, lo mismo que CiU, cuya cabeza visible en L'Hospitalet es Meritxell Borràs, hija de Jacint Borràs, directivo culé y presidente del Barça Atlétic.

También la Federación de Asociaciones de Vecinos de L'Hospitalet está en contra del proyecto de urbanización de lo que consideran "la última zona agrícola del municipio". "Es cierto que es de los últimos reductos agrícolas, aparte de algunos huertos diseminados, pero también es verdad que tras la reordenación tendremos el mayor parque de la ciudad para disfrute de sus ciudadanos", afirman desde el Ayuntamiento.

La irrupción de Laporta

De diferente opinión es Antoni Garcia, portavoz de Els Verds Esquerra Ecologista, la organización que se opone con más fuerza a la recalificación. "Hace 10 años, el Ayuntamiento se comprometió a que esta zona sería el oasis agrícola de la ciudad", señaló Garcia a El Confidencial. "Luego, después de que Laporta comprase 20 hectáreas, cambió de opinión”.

Los ecologistas sospechan que la operación de compraventa se llevó a cabo con la intención de sacar provecho económico, ya que desde la compra no se restauró la masía que tiene en su interior, a pesar de estar catalogada, ni se realizó ninguna mejora, presumiblemente a la espera de poder venderlos ante una recalificación de los terrenos. Esta recalificación se intentó realizar ya en septiembre del año pasado, pero se paralizó ante la movilización ciudadana.

Els Verds Esquerra Ecologista también acaba de denunciar a los propietarios de Cal Masover Nou ante la Consejería de Cultura de la Generalitat por incumplir la Ley de Patrimonio Cultural Catalán, que manifesta que "los propietarios han de preservar y mantener la integridad de su valor cultural y arquitectónico". Según la denuncia, la masía, de estilo barroco, está incluida en el Plan de Protección Arquitectónica (PEPPA) de L'Hospitalet de Llobregat "con nivel C de protección, que significa que el propietario ha de proteger la fachada y la volumetría del edificio". Las asociaciones de vecinos, diversas entidades y sindicatos y organizaciones ecologistas han constituido también la Plataforma Salvem la Zona Agrícola de L’Hospitalet, que el 25 de mayo realizó su primera manifestación contra el proyecto, con la asistencia de 600 personas.

Ajeno a estas reivindicaciones, un informe encargado por el Ayuntamiento señala en sus conclusiones que "el ámbito complementario de La Marina [una de las zonas afectadas], situado en el término municipal de El Prat, queda incluido dentro del régimen inicial de suelo no urbanizable y se transforma, a efectos de la gestión de los correspondientes polígonos de actuación, el sector de suelo urbanizable de Cal Masover Nou". Y añade más adelante que la ordenación del área de esta masía, con casi 363.000 metros cuadrados de suelo urbanizable "se desarrollará mediante un plan parcial urbanístico". Es decir, justamente los terrenos propiedad de Hakerson International, que además de sus 20 hectáreas tiene derecho preferencial de compra sobre parte de los terrenos colindantes, propiedad de agricultores de la zona. El tercer sector, perteneciente a la masía Can Trabal, tiene sólo 175.902 metros cuadrados de suelo urbano.

5.400 puestos de trabajo

La zona, cercana al aeropuerto, al río Llobregat y a la residencia de Bellvitge es, urbanísticamente hablando, un caramelo, aunque para los Verdes "no beneficiará a la ciudad, sino todo lo contrario. Quieren hacer varios edificios de oficinas cuando en otras zonas los edificios que se han construido están vacíos, como en la plaza Europa, cerca de la Feria de Barcelona".

En el Ayuntamiento difieren de esta tesis y afirman que con la urbanización del terreno se dará impulso a la economía de la ciudad y que en sus equipamientos se pueden generar 5.400 puestos de trabajo.

Para las asociaciones de vecinos, la zona tiene un valor histórico, patrimonial, ecológico y natural. Y lo mismo asegura el sindicato agrario Unió de Pagesos. Especialmente combativa con el proyecto es la Asociación de Vecinos de Bellvitge, que no quiere más edificios y sí preservar el espacio natural. Desde el Ayuntamiento se justifica el proyecto diciendo que su recalificación "se discute en el Consejo de Medio Ambiente", del cual forman parte plataformas ciudadanas y el propio consistorio. Pero desde la oposición se temen que, "conforme van los plazos, y a punto de concluir el informe de la Generalitat, se aproveche el mes de agosto, cuando todo el mundo está de vacaciones, para proceder a la recalificación".

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