miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA HISTORIA DEL CAMALEÓN POLÍTICO

El ex alcalde de Ronda, Antonio Marín Lara.| C. Díaz
Antonio María Marín Lara

* El ex regidor estuvo imputado hasta marzo de 2011

Marta S. Esparza | Málaga

Antonio María Marín Lara se despidió del sillón de alcalde el pasado 11 de junio entre pitos y abucheos. En apenas cuatro años, los que distan de las elecciones de 2007 a las de mayo de 2011, había pasado de lograr más del doble de ediles para el Partido Andalucista en el Ayuntamiento de Ronda a perder las elecciones frente a un imparable PP, concurriendo como cabeza de cartel del denostado Partido Socialista.

La historia de Marín Lara era hasta ayer la historia del corto periplo político de un alcalde tránsfuga, como se encargó de dictaminar en diciembre de 2009 la Comisión de Seguimiento del Pacto Antitransfuguismo, dependiente del Ministerio de Política Territorial y Administración Pública. Desde ayer, además, el nombre de Marín Lara ha quedado incorporado al ya abultado catálogo de los alcaldes arrestados e investigados por corrupción en los últimos años en la provincia de Málaga.

Licenciado en Derecho, casado y padre de tres hijos, Antonio María Marín Lara, conocido en su círculo más cercano como Toti, cumplió 52 años el pasado 13 de agosto fuera ya de una Alcaldía en la que se había enrocado defendiéndose con uñas y dientes, mimetizándose con los colores de los dos partidos mayoritarios en función de la dirección hacia la que soplaba el viento. No en vano en una breve entrevista, concedida a un medio de comunicación local antes de las últimas elecciones municipales, confesaba que Ronda, Ronda y sólo Ronda, era su única ideología.
 
Ex alcalde de Ronda
Y así, desde 2004 y hasta 2007, Marín Lara gobernó Ronda desde las filas del PA gracias a un pacto con el PP y con los ediles del aún vivo Grupo Independiente Liberal (GIL); en 2007 pactó con el PP para seguir gobernando Ronda tras lograr 9 de los 21 ediles de la corporación bajo el paraguas andalucista, y en apenas un año resolvió que lo mejor para Ronda era que dejase los brazos populares y se abrazase al PSOE, partido del que dependía en el futuro la aprobación desde la Junta de Andalucía del Plan General de Ordenación del municipio.

Marín Lara decidió, según él mismo admitió, "ser práctico". Desde el Ejecutivo andaluz se sostenía con él, además, un interminable conflicto en torno al proyecto turístico-urbanístico de Los Merinos Norte, que había llevado a su imputación en un procedimiento judicial por presunta vulneración de la normativa urbanística, al dar licencia al proyecto.
 
Cambio de partido
Así que, en junio de 2009, para refrendar definitivamente sus nuevas alianzas, Marín Lara arrojó por la borda lo único que aún le separaba de la Administración andaluza: las siglas andalucistas. Toti se afilió al PSOE junto a los otros ocho ediles obtenidos en 2007 gracias a los votos andalucistas, que aquel año fueron más del 40% de los sufragios emitidos. Junto a los miembros del grupo municipal andalucista abandonaron el PA casi un centenar de militantes, lo que dejó a la formación nacionalista en la Ciudad del Tajo reducida a pavesas.

"En aquel momento estaba claro que el PA iba a desaparecer (...), por lo que muchos compañeros han elegido otras opciones para defender la ciudad lo máximo posible. Yo, o me iba o pensaba en la ciudad, y eso hice", aseguraba Marín Lara hace meses para justificar su cambio de chaqueta, y el abandono de una formación de la que había sido secretario provincial.

Imputado hasta el pasado marzo
El caso Merinos, que había recaído sobre el Juzgado de Instrucción número 1 de Ronda, fue finalmente archivado en marzo de 2011 a petición de la Fiscalía, que argumentó entonces que no se tenía constancia de que en el Ayuntamiento se conocieran los informes en contra del proyecto emitidos desde la Agencia Andaluza del Agua.

"No existe realmente ningún hecho que en principio pueda revestir carácter de delito dentro del Derecho Penal", sostuvo entonces la Fiscalía. El Ministerio Público apenas vislumbraba entonces "alguna irregularidad administrativa o de cualquier otro tipo", que no consideró, como pedían los ecologistas, un delito de prevaricación, a pesar de que el proyecto incumplía la declaración de impacto ambiental.

Marín Lara se salvó por los pelos, tras años de polémicos informes y denuncias cruzadas en torno al proyecto, que parecía poner en riesgo los acuíferos de la zona.
 
Tumba política
Pero a pesar del ruido no han sido Los Merinos los que han llevado a Marín Lara a su tumba política. En noviembre de 2010, Antonio María Marín Lara presidía un polémico pleno extraordinario con un único punto en el orden del día: la modificación de la titularidad de los terrenos municipales adjudicados en 2009 para que la empresa Eroski construyese un nuevo centro comercial, a favor de una empresa intermediaria vinculada al grupo Ruiz Jurado.

La operación ha hecho saltar las alarmas del Grupo de Blanqueo de la Policía Nacional, y con ello, el periplo multicolor de Marín Lara en la política parece haber tocado a su fin.


elmundo.es

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