domingo, 8 de noviembre de 2009

"OPERACIÓN PRETORIA"; EL "CONSEGUIDOR" DE SANTA COLOMA "LAVÓ" MILLONES DE EUROS CON 256 OBRAS DE ARTE

El ex diputado del PSC conocido como «Luigi» tenía entre su impresionante colección dos picassos, tres mirós y dos bacon

CRUZ MORCILLO/PABLO MUÑOZ | MADRID

Cuando el PSC expulsó del partido a Luis Andrés García Sáez, «Luigi», allá por 1992, quizá sus compañeros de filas ya sabían que era un gran aficionado al arte. El pasado día 27 cuando por orden del juez Baltasar Garzón la Guardia Civil registró sus domicilios y la sede social de una de sus empresas se rubricó su condición de gran «coleccionista» de pintura. Los agentes intervinieron en tres inmuebles 256 cuadros que compró, según las investigaciones, para blanquear parte del dinero que obtenía como «conseguidor» de la trama de corrupción urbanística ahora descubierta. Pero si el número es apabullante más lo son algunos de los autores que firman esas obras, pendientes de valoración por los peritos, si bien existen pocas dudas sobre su autenticidad.

Los guardias encontraron dos picassos, tres mirós, dos bacon, tres tapies, un gordillo, un mompo, una obra de los cotizadísimos Araki Nobuyoshi o Alex Katz y así hasta cargar dos furgonetas, según ha podido saber ABC de fuentes próximas al caso.

Garzón envió hace una semana a prisión a Luis Andrés García, diputado del PSC en Cataluña entre 1980 y 1992, junto a dos ex consejeros de Pujol, Macià Alavedra y Lluis Prenafeta, históricos convergentes; el alcalde socialista de Santa Coloma de Gramanet y su concejal de Urbanismo. El magistrado, instructor de la operación «Pretoria», les considera miembros junto a varios empresarios de un grupo organizado en torno al citado ayuntamiento para modificar planes de urbanismo, cobrar comisiones, defraudar a Hacienda y a la Unión Europea y blanquear millones a espuertas, entre otros delitos.

La adquisición de obras de arte era utilizada por el grupo para lavar dinero en lugares como Andorra, Suiza, Portugal, Gibraltar, las Islas Madeira y las Caimán, según el auto de prisión. «Luigi», que actuaba como una especie de «consejero» y que percibió al menos ocho millones de euros en tres pelotazos urbanísticos, era quien atesoraba las pinturas.

De hecho figura como administrador único de una sociedad denominada Stefany Art Gallery S. L., dedicada a la promoción, «adquisición, difusión y venta de obras de arte en el mercado interior e internacional». Es más que probable que esta sociedad -Luis Andrés García coleccionaba empresas como cuadros- no haya ejercido una actividad real, igual que ocurre con City Actividades Inmobiliarias S. L., que tuvo un nivel de gasto muy por debajo de lo esperable para una firma que construye inmuebles.

En el registro de la sede social de esa empresa, situada en la calle Valencia de la Ciudad Condal, los agentes encontraron 68 cuadros, entre ellos dos de Joan Miró, un bacon, un tapies y dos pertenecientes a dos cotizadas autoras: Vanessa Beecroft y Candida Hofer.

Las otras dos entradas y registros en los que se hallaron obras de arte tuvieron lugar en dos magníficas viviendas del político reconvertido en empresario y conseguidor: los muros de la casa de la calle Portaferrisa, que ha sido embargada por orden judicial, guardaban una auténtica pinacoteca: 164 obras, con varios números uno como Picasso, Tàpies, Bacon, el español Lucio Muñoz o los citados Nobuyoshi, Katz o Marcus Lüpertz, junto a una larga serie aún no catalogada.

En la calle Guitard, también utilizada como vivienda se halló otro miró, un tàpies, un picasso, un gordillo, dos obras de Rafols Casamada y otras dos de Guinovart.

Uno de los problemas que ahora están sobre la mesa es encontrar el lugar para almacenar en condiciones esa enorme cantidad de obras de arte, que llenaron dos furgonetas de la Guardia Civil.

Ni el Instituto Armado ni la Audiencia Nacional cuentan con dependencias adecuadas para custodiarlos con garantías de que no van a sufrir daños, por lo que se ha solicitado la intervención del Ministerio de Cultura.

A pesar de las espectaculares dimensiones de esta colección, el arte era sólo una de las modalidades de blanqueo de la trama, que hay que insistir una vez más que no se circunscribía sólo a Santa Coloma de Gramanet. De hecho, Garzón, en el auto por el que envió a prisión a varios de los implicados, señalaba que «los Ayuntamientos afectados aprobaban un proyecto urbanístico adjudicado a una persona del entorno de Luis Andrés («Luigi») quien, gracias a sus contactos con el equipo de gobierno de las localidades afectadas y a sus relaciones con los empresarios interesados, favorecía la tramitación y la consumación del negocio, repartiendo, de forma ilícita, cantidades pagadas por los últimos».

Pues bien, según ha sabido ABC la próxima semana se producirán nuevas actuaciones en varias localidades del cinturón de Barcelona e incluso se podrían producir nuevas detenciones. Hasta ahora, además de Santa Coloma, se han detectado irregularidades en Badalona, San Andrés de Llavaneras y Arenys de Munt. En los próximos días ese abanico se ampliará. «Actuaban desde hace tiempo y de forma generalizada», insisten las fuentes consultadas.

Los tres escalones de una magnífica colección
Los números uno del escalafón
Dentro de las 256 obras de arte intervenidas al ex parlamentario del PSC Luis Andrés García Sáez hay nombres indiscutibles del mundo de la pintura, maestros cuyas obras nunca perderán valor y, por tanto, resultan siempre una magnífica inversión. Artistas como Picasso, Miró, Tàpies, Bacon, Gordillo o Mompó se encuadran en esta categoría y los propietarios de sus lienzos pueden estar seguros del acierto de la compra.

Autores para un público selecto
Los expertos consultados adivinan en la colección de «Luigi» el asesoramiento de algún entendido en arte, como lo demuestra la presencia de autores que, si bien no son conocidos para el gran público, sí son muy cotizados y tienen un amplio horizonte para su revalorización. Pintores como Araki Nobuyoshi, Alex Katz, Vanessa Beecroft, Candida Höfer o Karel Appel responden a ese perfil.

Pintores posteriores a la Guerra Civil
De la colección de «Luigi» se podría establecer un tercer conjunto formado por una serie de pintores españoles —abundan los catalanes— encuadrados en las corrientes artísticas surgidas tras la Guerra Civil tales como Guinovart, Joan Ponç, colaborador de Tàpies, Cuixart, Soledad Sevilla o Rafols Casamada. En su día las galerías de arte catalanas apostaban por autores autóctonos lo que hacía que fueran más accesibles.

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abc.es

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