Tras declarar ante la juez Alaya
Tendrá que abonar una fianza por responsabilidad civil de 2,3 millones
Ha admitido haber creado empresas ficticias para recibir ayudas de la Junta
El propio Guerrero gestionaba arbitrariamente esas subvenciones
Se gastó buena parte de las ayudas en comprar cocaína para él y su jefe
También emitió facturas falsas por trabajos no realizados por sus empresas
Viajó en dos ocasiones a Madrid para recoger sobres con dinero para Guerrero
La juez Mercedes Alaya le imputa once delitos en la investigación de los ERE
A. Salvador | S. Torres | Sevilla
Juan Francisco Trujillo, chófer del ex director general de Trabajo Francisco Javier Guerrero, que esta pasada madrugada se convirtió en el segundo encarcelado por los ERE falsos, llegó al juzgado imputado por once delitos y terminó acusado de 22, que incluso podrían aumentar.
En el auto, la juez Mercedes Alaya decretó prisión sin fianza para Trujillo por su riesgo de fuga y de destrucción de pruebas, porque es ahora cuando ha perdido todo su arraigo social y además va a dejar de cobrar el paro dado que, según su propia confesión, lo percibía de manera fraudulenta.
Trujillo inició su declaración ante la juez de instrucción 6 de Sevilla imputado de once delitos: tres de obtención indebida de subvenciones, uno de falsedad en documento mercantil, un delito continuado de cohecho, otro de trafico de influencias, un delito continuado de prevaricación, otro de malversación y tres delitos de falsedad en documento oficial.
Su encarcelamiento se produjo por otros once: uno de alzamiento de bienes por vender una de las fincas que compró con las subvenciones, dos de falsedad en documento mercantil por los falsos contratos de trabajo por los que está cobrando el paro, tres de falsedad y otros tres de cohecho por las tres facturas falsas que reconoció por trabajos ficticios a Delphi, Dhul y Estudios Jurídicos Villasís, y dos de cohecho por los sobres con dinero en efectivo que recogió para su jefe.
Petición de la acusación
El letrado del Partido Popular ha pedido también la detención y puesta a disposición judicial del director general de Vitalia, Antonio Albarracín, por haber entregado a Trujillo los sobres con dinero con las supuestas comisiones para Javier Guerrero.
Durante su declaración, Trujillo ha reconocido que tanto él como su jefe, Francisco Javier Guerrero, consumían cocaína "a cualquier hora", gastaron 25.000 euros mensuales en droga y que en al menos dos ocasiones viajó a Madrid para recoger sobres con dinero de manos del director general de la empresa Vitalia que posteriormente entregaría a su jefe.
La juez Alaya decretó hace diez días el ingreso en prisión ineludible de Francisco Javier Guerrero -al que impondría una fianza de 703 millones de euros para hacer frente a la devolución del dinero malversado- y su chófer podría seguir ahora su mismo camino.
Durante su declaración ante la juez, Trujillo ha afirmado que Guerrero y él consumían "entre cinco y diez gramos diarios" de cocaína, droga que él mismo preparaba al director general en bolsitas y que le entregaba según le fuera pidiendo.
Esta droga se compró, según ha declarado, con las ayudas públicas que recibió de su jefe, y su suministrador era el hijo del dueño de un restaurante de la Sierra Norte sevillana que también está siendo investigado por las ayudas, según han explicado fuentes próximas al caso.
Dinero en sobres
Además, Trujillo ha asegurado a la juez que en 2007 se desplazó a Madrid en dos ocasiones por orden de Guerrero y, una vez en la estación de Atocha y otra en el despacho del director general de Vitalia, recibió sendos sobres con dinero de manos de Antonio Albarracín, responsable de la aseguradora, una de las mediadoras en los ERE.
Trujillo ha reconocido haber percibido 1.350.000 euros de la Junta para tres empresas que creó a instancias del ex director general de Trabajo, que en realidad eran "ficticias" y Guerrero lo sabía. Pero ello no le impidió emitir al menos cuatro facturas falsas -como las ha calificado la juez Alaya- por trabajos que no realizó.
El chófer ha reconocido a la juez Mercedes Alaya que en la actualidad cobra el paro indebidamente, pues le dieron de alta de manera ficticia dos empresarios conocidos suyos.
Con las ayudas obtenidas durante el tiempo en que fue chófer de Guerrero (2003-2007), Trujillo se compró tres terrenos y un piso en la calle San Luis de Sevilla, devolvió entre 60.000 u 80.000 euros en mano a Guerrero y, entre otras cuestiones, se gastó unos 40.000 euros en regalos para su jefe, 4.000 euros para un piano que le compró, 1.200 euros en teléfonos móviles, le pagó unos 2.000 euros en ropa, le regaló dos relojes y le compró antigüedades que él mismo trasladó a su domicilio en El Pedroso (Sevilla).
Ha explicado los 122.649 euros que percibió su propia madre porque en cierta ocasión el ex director general le comentó que "necesitaban tener liquidez" para seguir comprando cocaína y le pidió los datos del DNI de una persona mayor de edad para hacerle los ingresos.
El ex director general despachaba en los bares de copas que frecuentaba y presumía de su poder para otorgar subvenciones, según otra de las respuestas del chófer.
Según los citados abogados, el imputado ha afirmado que Guerrero despachaba en los bares de copas y luego su chófer veía a esos interlocutores en el despacho oficial del director general. Trujillo "se daba cuenta de que las ayudas se concedían a personas próximas a Guerrero o al PSOE", según ha declarado.
Sobre su jefe, ha manifestado que el ex director general encarcelado desde el pasado día 9 "recibía muchos regalos" y en una ocasión el dueño de una gasolinera le regaló un GPS con DVD y dos pantallas para instalar en su coche marca BMW.
También ha asegurado que la Junta hasta ahora solo le ha notificado la apertura de un expediente de revisión para que devuelva los 450.000 euros obtenidos por su empresa Iniciativas Turísticas de Sierra Morena, y la juez le ha dado diez días de plazo para que explique el destino del dinero que obtuvo en noviembre de 2011 por la venta de una de las fincas que se compró con las ayudas.
Además
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