Carmen Revilla
José Carlos Villanueva | Málaga
La declaración de la ex teniente de alcalde del GIL en Marbella Carmen Revilla fue, a comienzos de la instrucción del caso ‘Malaya’, una de las más relevantes y prolijas en detalles sobre los sobornos del principal acusado, Juan Antonio Roca, destinados a concejales.
Revilla, una persona que se declaró «integrista del GIL», dada su fidelidad y lealtad al patrón del partido, Jesús Gil, confesó haber recibido 240.000 euros de Roca, «para el pago de una hipoteca», así como que el ex asesor urbanístico municipal había prometido a los ediles firmantes de la moción de censura contra Julián Muñoz, en agosto de 2003, «un pago de 500 millones de pesetas» a repartir.
Este martes la que fuera una de las voces del ‘régimen’ gilista, como locutora y presentadora de la radio televisión municipal, se ha retractado de su primera declaración por completo. Al ratificar su declaración indagatoria posterior ha asegurado que sus primeras revelaciones, claramente incriminatorias, se debieron a «una fabulación» y a su deseo de evitar la cárcel. De hecho, la secretaria judicial ha leído las dos declaraciones de Revilla, a petición del fiscal, para que el tribunal pudiese compararlas.
La que fuera teniente de alcalde de San Pedro de Alcántara ha calificado como «falso» un documento apócrifo que ella reconoció en junio de 2006 como suyo y que la Policía encontró en su domicilio. En él Revilla contaba minuciosamente cómo se desarrolló la moción de censura. De hecho, llegó a decir, por escrito, que Roca le había confiado que el conocido magnate Judah Binstock estaba detrás de la moción de censura contra Julián Muñoz como «financiador» de la misma. También le contó al juez el sistema de reparto de los famosos sobres con dinero que entregaba el considerado cerebro de la trama a los ediles.
No menos relevante resulta que la ex edil gilista llamase en dicho documento «saqueadores» a Muñoz y su entonces asesor jurídico municipal, José María del Nido, de quien dijo que era «quien mandaba» en Marbella tras resultar electo el delfín de Jesús Gil en mayo de 2003.
Seis años después de que la Policía incautara dicho testimonio escrito ella sostiene que fue «un documento provocado» por el ex abogado de Jesús Gil, José Luis Sierra, a raíz de las primeras detenciones del ‘caso Malaya’.
El fiscal le ha preguntado a la ex munícipe si dicho documento lo escribió en abril de 2006 y ella ha respondido afirmativamente. Tal detalle es sumamente importante, porque Carmen Revilla no fue detenida hasta al segunda fase de la ‘operación Malaya’, el 27 de junio de 2006. Así pues, tuvo tiempo de escribirlo para preparar su defensa ante el juez Torres, como así le aconsejó Sierra.
El propio letrado, actualmente enfermo de Alzheimer, reconoció a EL MUNDO años atrás haber aconsejado a Revilla que dejara escrito todo su relato sobre la moción de censura, la forma de gobernar de Julián Muñoz y el proceder de Juan Antonio Roca en dicha operación de transfuguismo político.
Consejos
Lo cierto es que los consejos de Sierra a Revilla le fueron muy útiles, al lograr eludir la prisión mientras el resto de sus compañeros del equipo de gobierno tripartito enfilaron el camino de la prisión de Alhaurín de la Torre.
La fiel discípula de Jesús Gil se enfrenta a una pena de 9 años de prisión y 200.000 euros de multa por delitos de cohecho pasivo para fin delictivo y para acto injusto de carácter continuado.
Este martes también han declarado la antigua tránsfuga del PSOE Belén Carmona y la que fuera delegada de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía en Málaga por el PA, María José Lanzat. Ella fue uno de los tres ediles andalucistas del gobierno tripartito de Yagüe.
Las dos ex concejalas han negado haber recibido pago alguno de Roca. Al ser preguntada por el fiscal sobre la salida del PA del tripartito Lanzat ha hablado de «un rifirrafe» de los andalucistas con Yagüe. Realmente el entonces teniente fiscal de la Audiencia de Málaga Antonio Morales, apreció indicios de 7 delitos cometidos presuntamente en las áreas de gobierno de Carlos Fernández y Pedro Pérez Salgado. Todo se produjo a raíz de una investigación periodística de EL MUNDO entre septiembre y octubre de 2005.
Además
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