*UM 'gobernó' Baleares con 28.000 votos
Esteban Urreiztieta | Palma
La operación Voltor, que ha sido bautizada inspirándose en la variedad de buitre negro mallorquín, ha fulminado a la última facción de Unió Mallorquina (UM) que quedaba todavía sin estar imputada. La corriente de renovación que, bajo la denominación de la Liga Norte, lidera su actual presidente, Josep Melià, y que constituía la última esperanza de supervivencia para el partido se ha derrumbado con la reciente detención de sus hombres fuertes.
La nueva operación puesta en marcha por la Fiscalía, la Agencia Tributaria y la Policía Nacional, que dio lugar ayer a la detenciones de los ex presidentes de UM Miquel Nadal y Miquel Àngel Flaquer, aparta de golpe de las instituciones al partido más corrupto de España. El fenómeno de UM se presenta ahora con nitidez a ojos de los investigadores como lo que lleva siendo durante décadas: una organización concebida de manera prácticamente exclusiva para el saqueo de las arcas públicas, la gestión de recalificaciones y el cobro de comisiones que tiene en estos momentos a la inmensa mayoría de sus líderes imputados, condenados o con medidas cautelares. Con poco más de 28.000 votos frente a los 193.000 del PP y los 113.000 del PSOE, una cúpula de media docena de dirigentes y cientos de familiares y amigos colocados en las Administraciones que gobierna, así como de empresarios regados con fondos públicos desde sus áreas, UM ha gobernado Baleares a su antojo bajo el mandato de su actual presidenta del Parlamento, Maria Antònia Munar, que transformó el partido en una sociedad limitada que ha exigido la gestión del urbanismo para dar su apoyo alternativamente al PSOE o al PP.
Los escándalos destapados por EL MUNDO se han llevado por delante a cinco presidentes en dos años, a toda su histórica cúpula, que se encuentra procesada en investigaciones iniciadas tras las revelaciones de este diario, y que mantienen a la presidenta de la Cámara balear imputada por duplicado. Munar se aferra a su puesto mientras observa el derrumbe de su partido y cómo la Fiscalía, de momento, la mantiene a salvo pese a ser la protagonista de los mil y un escándalos que asfixian a su partido.
elmundo.es
La nueva operación puesta en marcha por la Fiscalía, la Agencia Tributaria y la Policía Nacional, que dio lugar ayer a la detenciones de los ex presidentes de UM Miquel Nadal y Miquel Àngel Flaquer, aparta de golpe de las instituciones al partido más corrupto de España. El fenómeno de UM se presenta ahora con nitidez a ojos de los investigadores como lo que lleva siendo durante décadas: una organización concebida de manera prácticamente exclusiva para el saqueo de las arcas públicas, la gestión de recalificaciones y el cobro de comisiones que tiene en estos momentos a la inmensa mayoría de sus líderes imputados, condenados o con medidas cautelares. Con poco más de 28.000 votos frente a los 193.000 del PP y los 113.000 del PSOE, una cúpula de media docena de dirigentes y cientos de familiares y amigos colocados en las Administraciones que gobierna, así como de empresarios regados con fondos públicos desde sus áreas, UM ha gobernado Baleares a su antojo bajo el mandato de su actual presidenta del Parlamento, Maria Antònia Munar, que transformó el partido en una sociedad limitada que ha exigido la gestión del urbanismo para dar su apoyo alternativamente al PSOE o al PP.
Los escándalos destapados por EL MUNDO se han llevado por delante a cinco presidentes en dos años, a toda su histórica cúpula, que se encuentra procesada en investigaciones iniciadas tras las revelaciones de este diario, y que mantienen a la presidenta de la Cámara balear imputada por duplicado. Munar se aferra a su puesto mientras observa el derrumbe de su partido y cómo la Fiscalía, de momento, la mantiene a salvo pese a ser la protagonista de los mil y un escándalos que asfixian a su partido.
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