«Forever Young» le ha denunciado por emitir facturas falsas en un sótano y desmonta el grueso de las acusaciones de José Tomás contra Camps y Costa
N.C / N.V /I.R | MADRID / VALENCIA «La desvergüenza del sastre no tiene límites (...) José Tomás no es sastre, no tiene conocimientos de corte ni de confección, no sabe hacer un patrón, no sabe coser... es un vendedor». Es sólo una de las cuestiones que precisa el administrador único de la tienda de ropa «Forever Young», Eduardo Hinojosa, en la ampliación de la denuncia presentada contra el «falso» sastre, recientemente imputado por el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en el «caso Gürtel». Ni el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, ni el secretario general del PP en esa Comunidad, Ricardo Costa, encargaron nunca trajes a medida en este establecimiento; si alguna vez compraron ropa allí, se la llevaron y la pagaron en el momento, razón ésta por la que ninguno de los dos figura en la base de datos de la empresa, que José Tomás «tomó como si fuera su cortijo».
En la denuncia, a la que ha tenido acceso ABC, Hinojosa deja claro que era Tomás el que falseaba las facturas escondiéndose en el sótano de la tienda de la calle Serrano de Madrid y utilizando un programa informático diferente al de la contabilidad del establecimiento. «Forever Young» se enteró de la existencia de estas facturas falsas cuando el falso sastre «las pide porque le falta una y la necesita para presentarla ante Garzón». El administrador de la empresa niega, como ha dicho Tomás, que su despido —el pasado 11 de febrero— se haya producido por su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional en el «caso Gürtel». Por el contrario, además de dejar un agujero de 506.969 euros, prescindieron de sus servicios por su «desidia, apatía y falta de control».
A continuación, reproducimos extractado el contenido de la ampliación de la denuncia de «Forever Young» contra el falso sastre.
DESPIDO
No fue por declarar ante el juez
«A don José Tomás se le despide por ordenar la confección de facturas falsas, no por tener que declarar ante nadie como testigo, que, además de una obligación legal, es una obligación moral». Tomás se ha reconocido autor de esas facturas falsas, motivo por el que el juez, sostiene el escrito, ha cambiado su condición a la de imputado. «Lo cierto del despido de don José Tomás es que fue contratado para vender; que él impulsó en la compañía la venta de trajes de confección (que antes no se hacían); que él impulsó la implantación del negocio en la tienda de Serrano, 25 de Madrid», cuyo contrato negoció él mismo, «y que después de todo ello no se han cumplido ni por aproximación los presupuestos indicados por el propio José Tomás: todo humo».
SECRETO DE SUMARIO
Perjuicio a la imagen de la tienda
«Es sorprendente que estando decretado el secreto del sumario y habiendo recibido todos los declarantes las oportunas advertencias, José Tomás conceda una entrevista» el domingo a un medio de comunicación. Igual de sorprendente resulta, según la denuncia, que «siendo pública y notoria la declaración de secreto sumarial», haya un periodista que entreviste a un imputado y que la publicación «lo publicite y en primera página. ¿Acaso no sabe ni el periodista ni el director del periódico que no se pueden divulgar los contenidos del sumario que está declarado secreto? ¿O es que acaso sí lo saben pero dejan que el sastre cometa la irregularidad penal pensando que a ellos no les afecta?». La imagen del denunciante y de su empresa que queda entre el público «es deleznable, falsa, torticera y vergonzosa». La entrevista, asegura la denuncia, fue anunciada a «bombo y platillo» por el propio Tomás en las puertas de la tienda de la Calle Serrano, donde el sastre acudió el pasado 13 de marzo. Al día siguiente, Hinojosa le remitió una carta por burofax para recordarle que «tiene prohibido ir a las tiendas» porque «incordia» a los trabajadores.
FALSO OFICIO
Ni es sastre ni sabe corte y confección
«José Tomás en realidad es un vendedor. No es sastre, no tiene conocimientos de corte ni de confección, no sabe hacer un patrón, no sabe aplomar un traje, no sabe coser, no sabe hilvanar, no sabe cortar». «Sí sabe marcar para que se acorte el largo de unos pantalones o para que se estreche o ensanche una chaqueta y poco más», pero eso no significa que sea sastre. La denuncia niega que José Tomás «confeccionara los trajes a nadie». En «Forever Young» quien los confecciona son «empresas de taller de medida industrial o semitradicional». También es falso, prosigue el relato de Hinojosa al titular del Juzgado de Instrucción número 33 de Madrid, que esta firma «sea una continuación de “Milano”» (para la que también trabajó Tomás y elaboró facturas falsas). El presidente de «Forever Young» asegura que «dimitió de todos sus cargos en la empresa familiar de Cortefiel (que incluye Milano) en 1998. Desde entonces no ha tenido nada que ver con esa compañía». El único que ha tenido una trayectoria «rectilínea» es el falso sastre, «que cuando estaba en “Milano” hacía-ordenaba facturas falsas y cuando después pasó a “Forever Young” siguió haciendo-ordenando facturas falsas». En una y otra firma, José Tomás tuvo como «cliente y amigo» al conocido por «El bigotes», Álvaro Pérez, imputado también por Garzón y quien habría sido intermediario en la adquisición de trajes para Camps y para Costa.
FORMA DE PAGO
Sin constancia de los «fajos» de 500 euros
José Tomás aseguró que Pablo Crespo (mano derecha del presunto cerebro de la trama de corrupción, Francisco Correa), iba a «Forever Young» cada seis meses con un «fajo» de billetes de 500 euros. «En la compañía, nadie conoce esta “curiosa” circunstancia en el pago; es más, constan aportados con nuestro anterior escrito de denuncia los justificantes de las transferencias bancarias mediante las que se han ido pagando los trajes encargados. Estamos seguros de que esa forma de pago es inventada, falsa e irreal, ya que de haberse producido, se habría reflejado así en la contabilidad y, desde luego, se habría dado comunicación al Sepblac (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales)».
PRENDAS INEXISTENTES
Ni esmoquin ni chaleco ni frac para Camps
Es «materialmente imposible» que Camps adquiriera unos zapatos «Crockett&Jones» en «Forever Young» en agosto de 2008. La firma de ropa dejó de venderlos «hace tiempo». Algo similar ocurrió con todas las prendas que José Tomás dijo haber confeccionado para el presidente de la Generalitat valenciana. Respecto al esmoquin, que habría encargado para una recepción en Nueva York, «no existe en la compañía referencia alguna» a esta prenda. «O bien el señor Camps lo pagó en el momento de encargarlo (en cuyo caso no estaría pagado por “El bigotes”) o bien el sastre se quedó con el dinero del esmoquin en lugar de ingresarlo a favor de “Forever Young”». Si Camps hubiera encargado un esmoquin, prosigue, habría un documento de encargo, un documento de envío a la fábrica de confección, un documento de vuelta de la fábrica, un documento de envío a Valencia con su resguardo y un documento de pago. «A pesar de todo ello, no hay nada». Lo mismo pasa con el frac. «Nunca hemos confeccionado un frac, ni siquiera tenemos tasado el precio que pediríamos por vender un frac». Respecto al chaleco blanco (que Camps habría utilizado para ir al Vaticano y que según consta en un auto de Garzón es negro), «nunca se ha vendido un chaleco blanco en “Forever Young”. No tenemos constancia —señala— de que hayamos vendido nunca un chaleco por 300 euros, ya que nuestro PVP ronda los 60 euros». El propio Camps ha reconocido que compró trajes en «Forever Young», si bien mientras que el importe de esas compras asciende a 2.880 euros según «la realidad de las facturas» de la tienda, Tomás engordó ese importe hasta 5.393 euros mediante facturas falsas, según consta en la denuncia. Frente a las afirmaciones de que el presidente de la Generalitat tenía un trato personal con Tomás (insinuando que era el único que podía atenderle), el escrito de Hinojosa considera «una osadía propia de alguien enfermo que se pueda afirmar con tal rotundidad que “Camps y los demás nunca han pagado un euro en la tienda” cuando consta en la documental aportada en nuestro escrito de demanda que los afectados no siempre eran atendidos por el propio “sastre”».
Sobre el segundo de los aforados valencianos, Ricardo Costa, Hinojosa sostiene que «no ha dejado jamás encargo alguno. Salvo que haya comprado y pagado en el momento, podemos afirmar que nunca ha encargado nada». Asimismo, «nunca ha sido cliente nuestro la Comunidad Valenciana».
VENTAS Y FACTURACIÓN
Orange Market nunca pagó en efectivo
Es falso que una persona de Orange Market (una de las empresas de la trama de Correa) se pusiera en contacto «periódicamente» con el responsable de facturación de «Forever Young», que no es Javier García Fernández, como sostiene Tomás, sino él mismo. Tomás, aclara la denuncia, es «el director de ventas de todas las tiendas de la compañía, nada de sastre». García, encargado responsable de arreglo y almacén, «ni siquiera estaba contratado en la compañía cuando Camps supuestamente compró en “Forever Young”, por lo que difícilmente pudo conocer y/o facturar sus compras». Por último, también es falso, dice la denuncia, que Crespo pagara en metálico las deudas de «Orange Market».
FACTURAS FALSAS
Tomás las hacía en el sótano de la tienda
El sastre ordenaba que se hicieran en otro ordenador diferente al que utiliza la compañía para llevar la contabilidad. Nunca facilitó esas facturas falsas «a la empresa que lleva externamente la contabilidad de “Forever Young”. José Tomás se las ocultó a la dirección y a la empresa de contabilidad», y cuando las hacía él bajaba al sótano de la tienda y utilizaba un programa informático distinto. La denuncia recuerda que cuando Tomás trabajaba en «Milano» ya hacía facturas falsas. «Es igualmente falso que Hinojosa supiera de la existencia de las facturas. De ser cierto, el “sastre” lo tendría muy fácil para acreditarlo, ya que, como él ha declarado, sólo se comunicaba con su jefe por fax». Y, por el contrario, no ha aportado ninguna prueba en este sentido. En definitiva, Tomás «ha involucrado en compras a quien no ha hecho ninguna y ha aumentado las de los que no compraron tanto».
LA EMPRESA NO LO SABÍA
«Forever Young», el cortijo del «sastre»
«Con respecto a que nadie ha querido aclarar las facturas falsas, debemos indicar que si no las conocíamos era imposible que nadie pretendiera aclararlas». La empresa insiste en que conoce la existencia de las facturas falsas «el día que el propio José Tomás las pide porque “le falta una y la necesita para presentarlas ante Garzón”, y que si no las presentábamos, “entraría como en una cacharrería”». Las facturas de las que el «sastre» se queja que nadie quiere aclarar contienen «textos falsos, el IVA está mal, no tiene firma, no tiene sello, ni tiene logotipo de la compañía, la numeración no es correlativa, la numeración de las facturas está repetida, la numeración no tiene sentido, algunos números de facturas están repetidos, las facturas de junio están numeradas antes que las de mayo; ¿y se pretende que se aclare esto?», se pregunta Hinojosa en el escrito. El que tiene que aclarar varias cuestiones, según «Forever Young», es el propio Tomás. Entre ellas, las devoluciones de prendas tal y como se le pidió el pasado 30 de diciembre y las facturas pendientes de cobro. Nunca contestó. Por el contrario, lo que ha hecho han sido «enjuagues de cambios de prendas, de clientes, etcétera, alterando el stock real de las mercancías. Utilizando términos valencianos, esto era la “mascletá”, la traca final». Según la carta de despido de Tomás (uno de los documentos adjuntos a la ampliación de la denuncia), el importe de las devoluciones no justificadas entre junio de 2006 y noviembre de 2008 asciende a 446.660 euros; el importe de la venta a crédito pendiente de cobro (situación a la que se ha llegado por «su desidia, apatía y falta de control»), asciende a 60.309 euros. En total, el sastre ha dejado un agujero de 506.969 euros a «Forever Young».
ABC.ES
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En la denuncia, a la que ha tenido acceso ABC, Hinojosa deja claro que era Tomás el que falseaba las facturas escondiéndose en el sótano de la tienda de la calle Serrano de Madrid y utilizando un programa informático diferente al de la contabilidad del establecimiento. «Forever Young» se enteró de la existencia de estas facturas falsas cuando el falso sastre «las pide porque le falta una y la necesita para presentarla ante Garzón». El administrador de la empresa niega, como ha dicho Tomás, que su despido —el pasado 11 de febrero— se haya producido por su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional en el «caso Gürtel». Por el contrario, además de dejar un agujero de 506.969 euros, prescindieron de sus servicios por su «desidia, apatía y falta de control».
A continuación, reproducimos extractado el contenido de la ampliación de la denuncia de «Forever Young» contra el falso sastre.
DESPIDO
No fue por declarar ante el juez
«A don José Tomás se le despide por ordenar la confección de facturas falsas, no por tener que declarar ante nadie como testigo, que, además de una obligación legal, es una obligación moral». Tomás se ha reconocido autor de esas facturas falsas, motivo por el que el juez, sostiene el escrito, ha cambiado su condición a la de imputado. «Lo cierto del despido de don José Tomás es que fue contratado para vender; que él impulsó en la compañía la venta de trajes de confección (que antes no se hacían); que él impulsó la implantación del negocio en la tienda de Serrano, 25 de Madrid», cuyo contrato negoció él mismo, «y que después de todo ello no se han cumplido ni por aproximación los presupuestos indicados por el propio José Tomás: todo humo».
SECRETO DE SUMARIO
Perjuicio a la imagen de la tienda
«Es sorprendente que estando decretado el secreto del sumario y habiendo recibido todos los declarantes las oportunas advertencias, José Tomás conceda una entrevista» el domingo a un medio de comunicación. Igual de sorprendente resulta, según la denuncia, que «siendo pública y notoria la declaración de secreto sumarial», haya un periodista que entreviste a un imputado y que la publicación «lo publicite y en primera página. ¿Acaso no sabe ni el periodista ni el director del periódico que no se pueden divulgar los contenidos del sumario que está declarado secreto? ¿O es que acaso sí lo saben pero dejan que el sastre cometa la irregularidad penal pensando que a ellos no les afecta?». La imagen del denunciante y de su empresa que queda entre el público «es deleznable, falsa, torticera y vergonzosa». La entrevista, asegura la denuncia, fue anunciada a «bombo y platillo» por el propio Tomás en las puertas de la tienda de la Calle Serrano, donde el sastre acudió el pasado 13 de marzo. Al día siguiente, Hinojosa le remitió una carta por burofax para recordarle que «tiene prohibido ir a las tiendas» porque «incordia» a los trabajadores.
FALSO OFICIO
Ni es sastre ni sabe corte y confección
«José Tomás en realidad es un vendedor. No es sastre, no tiene conocimientos de corte ni de confección, no sabe hacer un patrón, no sabe aplomar un traje, no sabe coser, no sabe hilvanar, no sabe cortar». «Sí sabe marcar para que se acorte el largo de unos pantalones o para que se estreche o ensanche una chaqueta y poco más», pero eso no significa que sea sastre. La denuncia niega que José Tomás «confeccionara los trajes a nadie». En «Forever Young» quien los confecciona son «empresas de taller de medida industrial o semitradicional». También es falso, prosigue el relato de Hinojosa al titular del Juzgado de Instrucción número 33 de Madrid, que esta firma «sea una continuación de “Milano”» (para la que también trabajó Tomás y elaboró facturas falsas). El presidente de «Forever Young» asegura que «dimitió de todos sus cargos en la empresa familiar de Cortefiel (que incluye Milano) en 1998. Desde entonces no ha tenido nada que ver con esa compañía». El único que ha tenido una trayectoria «rectilínea» es el falso sastre, «que cuando estaba en “Milano” hacía-ordenaba facturas falsas y cuando después pasó a “Forever Young” siguió haciendo-ordenando facturas falsas». En una y otra firma, José Tomás tuvo como «cliente y amigo» al conocido por «El bigotes», Álvaro Pérez, imputado también por Garzón y quien habría sido intermediario en la adquisición de trajes para Camps y para Costa.
FORMA DE PAGO
Sin constancia de los «fajos» de 500 euros
José Tomás aseguró que Pablo Crespo (mano derecha del presunto cerebro de la trama de corrupción, Francisco Correa), iba a «Forever Young» cada seis meses con un «fajo» de billetes de 500 euros. «En la compañía, nadie conoce esta “curiosa” circunstancia en el pago; es más, constan aportados con nuestro anterior escrito de denuncia los justificantes de las transferencias bancarias mediante las que se han ido pagando los trajes encargados. Estamos seguros de que esa forma de pago es inventada, falsa e irreal, ya que de haberse producido, se habría reflejado así en la contabilidad y, desde luego, se habría dado comunicación al Sepblac (Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales)».
PRENDAS INEXISTENTES
Ni esmoquin ni chaleco ni frac para Camps
Es «materialmente imposible» que Camps adquiriera unos zapatos «Crockett&Jones» en «Forever Young» en agosto de 2008. La firma de ropa dejó de venderlos «hace tiempo». Algo similar ocurrió con todas las prendas que José Tomás dijo haber confeccionado para el presidente de la Generalitat valenciana. Respecto al esmoquin, que habría encargado para una recepción en Nueva York, «no existe en la compañía referencia alguna» a esta prenda. «O bien el señor Camps lo pagó en el momento de encargarlo (en cuyo caso no estaría pagado por “El bigotes”) o bien el sastre se quedó con el dinero del esmoquin en lugar de ingresarlo a favor de “Forever Young”». Si Camps hubiera encargado un esmoquin, prosigue, habría un documento de encargo, un documento de envío a la fábrica de confección, un documento de vuelta de la fábrica, un documento de envío a Valencia con su resguardo y un documento de pago. «A pesar de todo ello, no hay nada». Lo mismo pasa con el frac. «Nunca hemos confeccionado un frac, ni siquiera tenemos tasado el precio que pediríamos por vender un frac». Respecto al chaleco blanco (que Camps habría utilizado para ir al Vaticano y que según consta en un auto de Garzón es negro), «nunca se ha vendido un chaleco blanco en “Forever Young”. No tenemos constancia —señala— de que hayamos vendido nunca un chaleco por 300 euros, ya que nuestro PVP ronda los 60 euros». El propio Camps ha reconocido que compró trajes en «Forever Young», si bien mientras que el importe de esas compras asciende a 2.880 euros según «la realidad de las facturas» de la tienda, Tomás engordó ese importe hasta 5.393 euros mediante facturas falsas, según consta en la denuncia. Frente a las afirmaciones de que el presidente de la Generalitat tenía un trato personal con Tomás (insinuando que era el único que podía atenderle), el escrito de Hinojosa considera «una osadía propia de alguien enfermo que se pueda afirmar con tal rotundidad que “Camps y los demás nunca han pagado un euro en la tienda” cuando consta en la documental aportada en nuestro escrito de demanda que los afectados no siempre eran atendidos por el propio “sastre”».
Sobre el segundo de los aforados valencianos, Ricardo Costa, Hinojosa sostiene que «no ha dejado jamás encargo alguno. Salvo que haya comprado y pagado en el momento, podemos afirmar que nunca ha encargado nada». Asimismo, «nunca ha sido cliente nuestro la Comunidad Valenciana».
VENTAS Y FACTURACIÓN
Orange Market nunca pagó en efectivo
Es falso que una persona de Orange Market (una de las empresas de la trama de Correa) se pusiera en contacto «periódicamente» con el responsable de facturación de «Forever Young», que no es Javier García Fernández, como sostiene Tomás, sino él mismo. Tomás, aclara la denuncia, es «el director de ventas de todas las tiendas de la compañía, nada de sastre». García, encargado responsable de arreglo y almacén, «ni siquiera estaba contratado en la compañía cuando Camps supuestamente compró en “Forever Young”, por lo que difícilmente pudo conocer y/o facturar sus compras». Por último, también es falso, dice la denuncia, que Crespo pagara en metálico las deudas de «Orange Market».
FACTURAS FALSAS
Tomás las hacía en el sótano de la tienda
El sastre ordenaba que se hicieran en otro ordenador diferente al que utiliza la compañía para llevar la contabilidad. Nunca facilitó esas facturas falsas «a la empresa que lleva externamente la contabilidad de “Forever Young”. José Tomás se las ocultó a la dirección y a la empresa de contabilidad», y cuando las hacía él bajaba al sótano de la tienda y utilizaba un programa informático distinto. La denuncia recuerda que cuando Tomás trabajaba en «Milano» ya hacía facturas falsas. «Es igualmente falso que Hinojosa supiera de la existencia de las facturas. De ser cierto, el “sastre” lo tendría muy fácil para acreditarlo, ya que, como él ha declarado, sólo se comunicaba con su jefe por fax». Y, por el contrario, no ha aportado ninguna prueba en este sentido. En definitiva, Tomás «ha involucrado en compras a quien no ha hecho ninguna y ha aumentado las de los que no compraron tanto».
LA EMPRESA NO LO SABÍA
«Forever Young», el cortijo del «sastre»
«Con respecto a que nadie ha querido aclarar las facturas falsas, debemos indicar que si no las conocíamos era imposible que nadie pretendiera aclararlas». La empresa insiste en que conoce la existencia de las facturas falsas «el día que el propio José Tomás las pide porque “le falta una y la necesita para presentarlas ante Garzón”, y que si no las presentábamos, “entraría como en una cacharrería”». Las facturas de las que el «sastre» se queja que nadie quiere aclarar contienen «textos falsos, el IVA está mal, no tiene firma, no tiene sello, ni tiene logotipo de la compañía, la numeración no es correlativa, la numeración de las facturas está repetida, la numeración no tiene sentido, algunos números de facturas están repetidos, las facturas de junio están numeradas antes que las de mayo; ¿y se pretende que se aclare esto?», se pregunta Hinojosa en el escrito. El que tiene que aclarar varias cuestiones, según «Forever Young», es el propio Tomás. Entre ellas, las devoluciones de prendas tal y como se le pidió el pasado 30 de diciembre y las facturas pendientes de cobro. Nunca contestó. Por el contrario, lo que ha hecho han sido «enjuagues de cambios de prendas, de clientes, etcétera, alterando el stock real de las mercancías. Utilizando términos valencianos, esto era la “mascletá”, la traca final». Según la carta de despido de Tomás (uno de los documentos adjuntos a la ampliación de la denuncia), el importe de las devoluciones no justificadas entre junio de 2006 y noviembre de 2008 asciende a 446.660 euros; el importe de la venta a crédito pendiente de cobro (situación a la que se ha llegado por «su desidia, apatía y falta de control»), asciende a 60.309 euros. En total, el sastre ha dejado un agujero de 506.969 euros a «Forever Young».
ABC.ES
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