Urbanización Majestic en Casares. | C. Díaz |
URBANISMO | Destapada una trama de blanqueo y prevaricación
Cientos de pisos vacíos languidecen en la zona más urbanizada
Allí se encuentra la promoción que centra la operación 'Majestic'
Inma Mejías | Málaga
El municipio de Casares, cuyo urbanismo creció al ritmo de la burbuja inmobiliaria, ha pasado a engrosar la larga lista de lugares bajo la sospecha de la corrupción. Con la detención del ex alcalde Juan Sánchez se ha destapado una supuesta trama de blanqueo de capitales y prevaricación urbanística que tiene como eje central el proyecto residencial Majestic.
Éste se ubica en una zona al norte de la A-7, entre Manilva y Estepona, que hace unos siete años pretendía ser un paraíso con miles de viviendas de lujos rodeadas de campos de golf en las que habitarían, sobre todo, extranjeros. Sin embargo, ahora alberga cientos de casas vacías.
Con la crisis, muchas obras empezaron a quedar paralizadas ya en 2008 y las viviendas que se terminaron y que no habían sido vendidas sobre plano, fueron pasando de unos a otros hasta acabar, en su mayoría, en manos de entidades financieras.
«El residencial es estupendo y mantenemos las viviendas presentables siempre, pero los exteriores son otra cosa», comenta David, comercial de una inmobiliaria que tiene una promoción de viviendas en la zona y de las que sólo se han vendido la mitad.
David señala que no «hay interés ni visitas» de potenciales clientes, de lo que culpa a los bancos y a sus espectaculares ofertas. Esta acusación la comparte Ignacio Fernández, propietario de la inmobiliaria Bancasa, que lleva la comercialización numerosas viviendas en esta zona, desde la urbanización Doña Julia a la Duquesa, ya en Manilva.
Fernández comenta que, aunque desde se encuentre la casa ideal para el cliente, cuando llegan al banco a pedir la hipoteca «le quitan las ganas al comprador o te lo roban», ya que tienen descuentos de hasta el 65% y para sus propiedades en esa misma zona ofrecen todo tipo de ventajas de financiación, mientras que piden "garantías imposibles" para obtener una hipoteca para otros pisos. «Es una competencia que no es leal», recalca.
También apunta que a la dificultad que implica vender viviendas en urbanizaciones casi vacías se unen otros problemas, como que haya propietarios que no pagan los gastos de comunidad porque «compraron como inversión».
Una salida a la que están recurriendo algunas empresas propietarias para aguantar el tirón es el alquiler, de lo que dan fe numerosos portales inmobiliarios.
En la empresa Manilva3 (M3) la visión es diferente, sobre todo, porque se encarga de la comercialización de inmuebles de Banco Sabadell. «Llevamos un ritmo aceptable de ventas, tenemos visitas y llamadas, así que no podemos quejarnos», comenta José Jiménez, gerente de esta inmobiliaria que actualmente se encarga de la venta de 37 viviendas en la urbanización Casares Green.
Vaticina que para finales de años los precios habrán tocado suelo. En el caso de los pisos que él comercializa, asegura que hay casas que han bajado de 280.000 euros a 120.000 y que el 80% del público interesado en estas viviendas es nacional y de esos, la mitad malagueños.
El motivo, según él, es que antes «había precios prohibitivos» que sólo podían afrontar extranjeros con alto nivel adquisitivo y ahora «parejas jóvenes y gente que no se planteaba tener una vivienda así» pueden acceder a ella.
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