El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco. (Efe) |
José L. Lobo - Sígueme en Twitter
Manuel Bran, primo político de José Blanco, hizo una llamada desde su móvil al ministro de Fomento el pasado 5 de febrero para comunicarle que estaba reunido con el empresario Jorge Dorribo en la gasolinera Galp de Guitiriz (Lugo). Poco después, el portavoz del Gobierno y número dos del PSOE llegó a la estación de servicio y recogió en su vehículo oficial al industrial gallego. La juez Estela San José, que tiene en el punto de mira a Blanco, conoció ese y otros detalles no sólo por el testimonio de Dorribo, principal imputado en la Operación Campeón contra el fraude en la concesión de ayudas públicas en Galicia, sino también a través de las conversaciones telefónicas intervenidas a Bran, que ella mismo ordenó.
Fuentes cercanas a la investigación que dirige la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo han asegurado a El Confidencial que San José decidió pinchar el móvil de Bran tras descubrir que éste y Dorribo -que también tenía el teléfono intervenido- mantuvieron varias conversaciones en las que el primo de Blanco se ofreció al empresario como conseguidor de ayudas para su laboratorio farmacéutico, que se encontraba al borde de la bancarrota. Ante la insistencia de Dorribo, Bran se comprometió a ponerle en contacto con el ministro de Fomento a cambio de contratos para su propia empresa, Electricidad Espiñeira y Bran, que también atravesaba dificultades económicas.
Gracias a la intervención del móvil de Bran, San José pudo conocer las gestiones que éste hizo ante Blanco en favor de Dorribo mucho antes de que el empresario farmacéutico le contara a la juez todos los detalles, el pasado mes de agosto, y saliera de la cárcel en libertad provisional. Los dos primos, según las fuentes consultadas, jamás hablaron por teléfono de la mordida que Dorribo estaba dispuesto a pagar a cambio del rescate de su laboratorio, pero sí dejaron al descubierto en sus conversaciones serios indicios del presunto tráfico de influencias cometido por el actual portavoz del Gobierno.
Llamada registrada
La llamada que Bran hizo al ministro de Fomento el pasado 5 de febrero para advertirle de su llegada a la gasolinera de Guitiriz quedó registrada y consta en el sumario que instruye San José, que permanece secreto. Y seis meses más tarde, en agosto de este año, Dorribo declaró a la juez que en ese encuentro clandestino en la estación de servicio había pagado 200.000 euros en metálico a Blanco, a través de su primo, y más tarde otros 200.000 euros a éste mediante contratos inflados para su empresa, Electricidad Espiñeira y Bran.
Según reveló el pasado lunes el diario El Mundo, Bran se reunió con Dorribo en la gasolinera y éste le entregó los 200.000 euros en efectivo, tal y como ambos, con el conocimiento de Blanco, habían pactado previamente. Media hora más tarde, el ministro de Fomento llegó a la estación de servicio y recogió al empresario en su vehículo oficial, momento que Dorribo aprovechó para pedir a su interlocutor que intercediera ante los ministerios de Economía y Sanidad para salvar su negocio farmacéutico.
Blanco ha negado hasta ahora todas las acusaciones, incluida la del presunto soborno que le pagó Dorribo. Pero la situación del ministro de Fomento es cada vez más comprometida políticamente. El número dos del PSOE, que encabeza la candidatura socialista por Lugo para el 20-N, está maniobrando a la desesperada en las últimas semanas para evitar que la juez eleve el caso al Tribunal Supremo -dada su condición de aforado- antes de la cita electoral. El fiscal, Javier Rey -amigo de Blanco y del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido- ha pedido a San José que antes de dar ese paso ordene nuevas pruebas, pero ésta parece dispuesta a trasladar cuanto antes al alto tribunal la parte del sumario que afecta al portavoz del Gobierno.
Fuentes cercanas a la investigación que dirige la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Lugo han asegurado a El Confidencial que San José decidió pinchar el móvil de Bran tras descubrir que éste y Dorribo -que también tenía el teléfono intervenido- mantuvieron varias conversaciones en las que el primo de Blanco se ofreció al empresario como conseguidor de ayudas para su laboratorio farmacéutico, que se encontraba al borde de la bancarrota. Ante la insistencia de Dorribo, Bran se comprometió a ponerle en contacto con el ministro de Fomento a cambio de contratos para su propia empresa, Electricidad Espiñeira y Bran, que también atravesaba dificultades económicas.
Gracias a la intervención del móvil de Bran, San José pudo conocer las gestiones que éste hizo ante Blanco en favor de Dorribo mucho antes de que el empresario farmacéutico le contara a la juez todos los detalles, el pasado mes de agosto, y saliera de la cárcel en libertad provisional. Los dos primos, según las fuentes consultadas, jamás hablaron por teléfono de la mordida que Dorribo estaba dispuesto a pagar a cambio del rescate de su laboratorio, pero sí dejaron al descubierto en sus conversaciones serios indicios del presunto tráfico de influencias cometido por el actual portavoz del Gobierno.
Llamada registrada
La llamada que Bran hizo al ministro de Fomento el pasado 5 de febrero para advertirle de su llegada a la gasolinera de Guitiriz quedó registrada y consta en el sumario que instruye San José, que permanece secreto. Y seis meses más tarde, en agosto de este año, Dorribo declaró a la juez que en ese encuentro clandestino en la estación de servicio había pagado 200.000 euros en metálico a Blanco, a través de su primo, y más tarde otros 200.000 euros a éste mediante contratos inflados para su empresa, Electricidad Espiñeira y Bran.
Según reveló el pasado lunes el diario El Mundo, Bran se reunió con Dorribo en la gasolinera y éste le entregó los 200.000 euros en efectivo, tal y como ambos, con el conocimiento de Blanco, habían pactado previamente. Media hora más tarde, el ministro de Fomento llegó a la estación de servicio y recogió al empresario en su vehículo oficial, momento que Dorribo aprovechó para pedir a su interlocutor que intercediera ante los ministerios de Economía y Sanidad para salvar su negocio farmacéutico.
Blanco ha negado hasta ahora todas las acusaciones, incluida la del presunto soborno que le pagó Dorribo. Pero la situación del ministro de Fomento es cada vez más comprometida políticamente. El número dos del PSOE, que encabeza la candidatura socialista por Lugo para el 20-N, está maniobrando a la desesperada en las últimas semanas para evitar que la juez eleve el caso al Tribunal Supremo -dada su condición de aforado- antes de la cita electoral. El fiscal, Javier Rey -amigo de Blanco y del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido- ha pedido a San José que antes de dar ese paso ordene nuevas pruebas, pero ésta parece dispuesta a trasladar cuanto antes al alto tribunal la parte del sumario que afecta al portavoz del Gobierno.
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