En su sede
* Gratificó de esta manera a dirigentes de Son Roca o Son Banya
* Los cabecillas dentifican a miembros del equipo de Nadal como 'cajeros'
* Gratificó de esta manera a dirigentes de Son Roca o Son Banya
* Los cabecillas dentifican a miembros del equipo de Nadal como 'cajeros'
Esteban Urreiztieta | Eduardo Colom | Palma
Unió Mallorquina (UM) repartió sobres con 25.000 euros entre los dirigentes de las principales congregaciones gitanas de Palma para que compraran votos durante las pasadas elecciones autonómicas y municipales. El partido que presidía Maria Antònia Munar emplazó en su propia sede a los líderes de estos colectivos para realizar las entregas de dinero y se concentró en captar los sufragios de las barriadas de Son Gotleu, La Soledad, Son Banya, Son Roca o Coll d’en Rabassa, que aglutinan el grueso de las familias gitanas de Mallorca.
Según aseguran a EL MUNDO/El Día de Baleares algunos de los dirigentes de estos colectivos, y tal y como desveló ayer este periódico, los líderes de UM mantuvieron diversas reuniones con los cabecillas gitanos en la taberna vasca El Botxo, ubicada en la calle Velázquez de Palma, donde se acordaban las cantidades a abonar en función del número de miembros con capacidad para depositar en la urna la papeleta de UM.
Posteriormente se emplazaba a los representantes de estas agrupaciones en las oficinas del partido para que recogieran el dinero en metálico. La condición que se exigía por parte del partido que acabó otorgando el gobierno de Baleares al PSOE de Francesc Antich radicaba en que se lograse el máximo número posible de votos por correo para intentar garantizar que la inversión no fuese en vano. Uno de estos dirigentes gitanos detalla a este periódico que sus interlocutores en las negociaciones por parte de la formación nacionalista eran varios destacados miembros del equipo de Miquel Nadal para optar a la Alcaldía de Palma.
Entre ellos, Antoni Moragues, Baldomero Oliver y Jaume Almendro. A los tres se refiere este representante, uno de los más importantes de este colectivo, como «los cajeros» del partido.
Según aseguran a EL MUNDO/El Día de Baleares algunos de los dirigentes de estos colectivos, y tal y como desveló ayer este periódico, los líderes de UM mantuvieron diversas reuniones con los cabecillas gitanos en la taberna vasca El Botxo, ubicada en la calle Velázquez de Palma, donde se acordaban las cantidades a abonar en función del número de miembros con capacidad para depositar en la urna la papeleta de UM.
Posteriormente se emplazaba a los representantes de estas agrupaciones en las oficinas del partido para que recogieran el dinero en metálico. La condición que se exigía por parte del partido que acabó otorgando el gobierno de Baleares al PSOE de Francesc Antich radicaba en que se lograse el máximo número posible de votos por correo para intentar garantizar que la inversión no fuese en vano. Uno de estos dirigentes gitanos detalla a este periódico que sus interlocutores en las negociaciones por parte de la formación nacionalista eran varios destacados miembros del equipo de Miquel Nadal para optar a la Alcaldía de Palma.
Entre ellos, Antoni Moragues, Baldomero Oliver y Jaume Almendro. A los tres se refiere este representante, uno de los más importantes de este colectivo, como «los cajeros» del partido.
La implicación del resto
Al mismo tiempo, si bien admiten las fuentes consultadas por este periódico haber mantenido contacto con el que fuera jefe de campaña de UM en Palma Mateu Cañellas o con las dos caras visibles de la candidatura, Nadal y Cristina Cerdó, subraya que éstos no materializaron ningún pago. Asimismo añaden los dirigentes gitanos a los que ha tenido acceso este periódico que desde UM se les prometió que si obtenían buenos resultados en las elecciones, se les proporcionarían puestos de trabajo en las empresas municipales.
En el caso de estas agrupaciones, la Empresa Municipal de Limpieza de Palma (Emaya) ha acogido durante esta legislatura a una treintena de miembros de familias gitanas que contribuyeron a que UM obtuviese tres diputados y recuperase la representación en el Consistorio palmesano.
La estrategia encaminada a captar a los gitanos de Palma presenta por lo tanto características comunes con la empleada por UM para hacerse con el voto de los que rebautizó como Nuevos Mallorquines. Esto es, los principales colectivos inmigrantes con nacionalidad española y, por lo tanto, derecho a voto en las elecciones de 2007.
A los cabecillas del colectivo argentino, el más numeroso de todos los radicados en la Isla, UM les puso a sueldo sin prestar servicio alguno en la productora audiovisual Video-U que adquirieron Munar y Nadal, controlaban a través de familiares suyos que hacían las veces de testaferros, y a la que desviaron desde el Consell de Mallorca que gobernaban más de cinco millones de euros públicos con contratos ficticios. Asimismo, algunos de los principales miembros de la Federación Casa Argentina de Baleares ya han declarado ante la Policía Judicial que recibían, además, sobres con dinero en efectivo para sufragar sus fiestas; subvenciones públicas para costear el alquiler y los gastos de su sede; así como sobres con 80 euros a cambio de su voto el mismo día de las elecciones.
Es la misma cifra que también aseguran haber recibido los gitanos así como decenas de miembros de los colectivos de la tercera edad de Palma. Tras los comicios autonómicos y municipales del 27 de mayo de 2007 UM procedió a través de Cristina Cerdó a la colocación masiva de activistas inmigrantes del partido en Emaya. Se incorporaron de golpe los argentinos que se habían encargado de cocinar las paellas de los mítines, el que amenizaba los actos de UM con tangos y un amplio repertorio musical y hasta las argentinas a las que se encomendó la preparación del cátering de los principales eventos electorales con su colectivo. Las pesquisas judiciales de la denominada Operación Maquillaje han acreditado ya que con cargo al Consell de Mallorca se llegaron a pagar hasta las paelleras y las viandas de los actos electorales o que se gratificó a los dirigentes con fondos públicos tras falsear expedientes sobre la celebración de coloquios sobre inmigración que jamás tuvieron lugar.
Esta compleja red clientelar que permitió a la formación de Munar dejar al PP de Jaume Matas a las puertas de la mayoría absoluta se ha resquebrajado después de que el PSOE de Antich decidiese, hace ahora un año, expulsar al partido de todas las instituciones debido a sus casos de corrupción.
De pronto, decenas de contratos de activistas de UM argentinos, uruguayos, peruanos y gitanos en las empresas públicas comenzaron a ser rescindidos y los hasta entonces silentes colaboradores del partido se han vuelto progresivamente en su contra al considerar que ha incumplido su parte del trato. Tanto el juez Juan Ignacio Lope Sola como la Fiscalía Anticorrupción consideran que existen ya poderosos indicios de la comisión por parte de los principales líderes de UM de un delito electoral y el Grupo de Delincuencia Económica de la Policía Nacional, en un informe sobre estas prácticas, implica a la plana mayor del partido durante la era Munar en la financiación ilegal de la campaña a la vez que ha certificado la compra de votos con dinero en metálico.
Al mismo tiempo, si bien admiten las fuentes consultadas por este periódico haber mantenido contacto con el que fuera jefe de campaña de UM en Palma Mateu Cañellas o con las dos caras visibles de la candidatura, Nadal y Cristina Cerdó, subraya que éstos no materializaron ningún pago. Asimismo añaden los dirigentes gitanos a los que ha tenido acceso este periódico que desde UM se les prometió que si obtenían buenos resultados en las elecciones, se les proporcionarían puestos de trabajo en las empresas municipales.
En el caso de estas agrupaciones, la Empresa Municipal de Limpieza de Palma (Emaya) ha acogido durante esta legislatura a una treintena de miembros de familias gitanas que contribuyeron a que UM obtuviese tres diputados y recuperase la representación en el Consistorio palmesano.
La estrategia encaminada a captar a los gitanos de Palma presenta por lo tanto características comunes con la empleada por UM para hacerse con el voto de los que rebautizó como Nuevos Mallorquines. Esto es, los principales colectivos inmigrantes con nacionalidad española y, por lo tanto, derecho a voto en las elecciones de 2007.
A los cabecillas del colectivo argentino, el más numeroso de todos los radicados en la Isla, UM les puso a sueldo sin prestar servicio alguno en la productora audiovisual Video-U que adquirieron Munar y Nadal, controlaban a través de familiares suyos que hacían las veces de testaferros, y a la que desviaron desde el Consell de Mallorca que gobernaban más de cinco millones de euros públicos con contratos ficticios. Asimismo, algunos de los principales miembros de la Federación Casa Argentina de Baleares ya han declarado ante la Policía Judicial que recibían, además, sobres con dinero en efectivo para sufragar sus fiestas; subvenciones públicas para costear el alquiler y los gastos de su sede; así como sobres con 80 euros a cambio de su voto el mismo día de las elecciones.
Es la misma cifra que también aseguran haber recibido los gitanos así como decenas de miembros de los colectivos de la tercera edad de Palma. Tras los comicios autonómicos y municipales del 27 de mayo de 2007 UM procedió a través de Cristina Cerdó a la colocación masiva de activistas inmigrantes del partido en Emaya. Se incorporaron de golpe los argentinos que se habían encargado de cocinar las paellas de los mítines, el que amenizaba los actos de UM con tangos y un amplio repertorio musical y hasta las argentinas a las que se encomendó la preparación del cátering de los principales eventos electorales con su colectivo. Las pesquisas judiciales de la denominada Operación Maquillaje han acreditado ya que con cargo al Consell de Mallorca se llegaron a pagar hasta las paelleras y las viandas de los actos electorales o que se gratificó a los dirigentes con fondos públicos tras falsear expedientes sobre la celebración de coloquios sobre inmigración que jamás tuvieron lugar.
Esta compleja red clientelar que permitió a la formación de Munar dejar al PP de Jaume Matas a las puertas de la mayoría absoluta se ha resquebrajado después de que el PSOE de Antich decidiese, hace ahora un año, expulsar al partido de todas las instituciones debido a sus casos de corrupción.
De pronto, decenas de contratos de activistas de UM argentinos, uruguayos, peruanos y gitanos en las empresas públicas comenzaron a ser rescindidos y los hasta entonces silentes colaboradores del partido se han vuelto progresivamente en su contra al considerar que ha incumplido su parte del trato. Tanto el juez Juan Ignacio Lope Sola como la Fiscalía Anticorrupción consideran que existen ya poderosos indicios de la comisión por parte de los principales líderes de UM de un delito electoral y el Grupo de Delincuencia Económica de la Policía Nacional, en un informe sobre estas prácticas, implica a la plana mayor del partido durante la era Munar en la financiación ilegal de la campaña a la vez que ha certificado la compra de votos con dinero en metálico.
Además
* Compra de votos con billetes de 500
elmundo.es
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